lunes, 13 de abril de 2015

Jay Williams: el talento de Duke al que la mala fortuna impidió brillar en Chicago


He de comenzar la redacción del presente post admitiendo mi debilidad por el proyecto de jugador franquicia que los Chicago Bulls seleccionaron con el número 2 del Draft de 2002 (por detrás de Yao Ming). Su nombre: Jason David Williams, o lo que es lo mismo, Jay Williams dentro del mundo del baloncesto. El base nacido en Plainfield (New Jersey) un 10 de Septiembre de 1981 ha sido uno de los mejores jugadores que la prestigiosa Universidad de Duke ha proporcionado a la NBA. 

Etapa en Duke

Jay Williams jugó durante tres temporadas con los Blue Devils de la Universidad de Duke (1999-2002). En su primera temporada fue designado como Novato del Año de la ACC, así como "Freshman National of the Year", promediando 14,5 puntos y 4,5 asistencias por partido. Al término de esas tres temporadas Williams se convirtió en el sexto máximo anotador de la historia de la Universidad de Duke, con 2079 puntos (promediando 19,3 puntos por temporada). En el año 2001 se proclamó campeón de la NCAA tras derrotar en la final a la Universidad de Arizona por 82-72. En 2002, y aún en su etapa junior, fue galardonado con el prestigioso Naismith College Player of the Year, que distingue al mejor jugador universitario.


Etapa profesional

Jay Williams se presentó al Draft celebrado el 26 de Junio de 2002 en Nueva York. En dicho Draft, por vez primera en la historia del mismo, un jugador no estadounidense sin experiencia previa en la NCAA lograba ser elegido como número 1: Yao Ming (Shangai Sharks de China). Los Chicago Bulls seleccionaron a Williams con el número 2 de aquél Draft al que también se presentaron jugadores como Mike Dunleavy Jr. (hoy jugador de los Bulls, elegido entonces con el número 3 por los Golden State Warriors), Amare Stoudemire o el también ex-jugador de los Bulls, Carlos Boozer.


Su primera (y única) temporada en Chicago no le fue tan bien como esperaba. Aún así terminó jugando un total de 75 partidos de la liga regular (54 como titular, compitiendo por el puesto con Jamal Crawford), con un promedio de 9,5 puntos y 4,7 asistencias por encuentro. Logró ser incluido en el segundo quinteto de rookies de la NBA y participó, integrando el equipo de rookies, en el partido que les enfrentó a los sophomores dentro del All-Star Weekend disputado en el Philips Arena de Atlanta del 7 al 9 de Febrero de 2003.

Pero todas las ilusiones depositadas, todas las expectativas generadas, se fueron al traste el 19 de Junio de 2003 cuando el jugador estrelló su motocicleta de gran cilindrada circulando por las calles de Chicago. El resultado: fractura de pelvis, rotura de los ligamentos de su rodilla y daño en un nervio de su pierna izquierda. Jay no se rindió y puso todo su empeño en recuperarse. Chicago prescindió de sus servicios (incumplió los términos de su contrato al circular con motocicleta y prácticamente se perdió la confianza en su vuelta) y le abonó algo más de 3 millones de dólares que el jugador pudo invertir en su recuperación. En el verano de 2006 firmó con los New Jersey Nets, logrando disputar 5 partidos de pretemporada. Pero ya no había vuelta atrás: el jugador fue cortado antes de comenzar la temporada y con ello se ponía fin a su sueño de poder volver a jugar en la NBA después de su gravísima lesión. El 9 de diciembre de ese mismo año firmó por los Austin Toros de la NBA Development League, pero fue cortado antes del final de ese año. Con los Toros disputó 3 partidos en los que promedió 6 puntos y 5,3 asistencias.


Williams reconoció en una reciente entrevista concedida al programa de Oprah Winfrey ("Super Soul Sunday") que "el baloncesto lo era todo para mí. La lesión que sufrí me marcó profundamente. No sabía qué hacer. Estaba perdido. Por suerte, comencé a ir a la Iglesia y logré poner mi fe en algo más grande que el baloncesto".

Nunca llegaremos a saber hasta dónde podría haber llegado Jay Williams en la NBA y, en particular, en los Chicago Bulls, equipo que apostó muy fuerte por él como base de un nuevo proyecto deportivo. Lo que sí dejó claro Jay es su fortaleza a la hora de afrontar una lesión tan grave, su amor por el baloncesto al intentar (y conseguir) volver a jugar y su entereza a la hora de replantearse su vida más allá de lo que él mismo calificó como su única motivación: el baloncesto. Tal y como reza la bio de su cuenta oficial de Twitter (@RealJayWilliams): To be yourself in a world that is constantly trying to make you something else is the greatest accomplishment.


No hay comentarios:

Publicar un comentario